Capítulo V:
-yei despierta-pidió una voz con desesperación, empujándola con ligereza por los hombros, se removió inquieta aun sintiendo la pesadez en los músculos y la incomodidad de haber dormido en un avión. Abrió los parpados lentamente, esforzándose por mantenerlos así, la figura de margo a su lado jaloneándola la hizo sorprenderse mucho.
-qué pasa?-pregunto con la voz adormilada.
-yei, el avión aterrizara dentro de media hora, despierta a dongho- una sonrisa maliciosa apareció en su rostro- ah, y suerte con eso.
-qué?- yei no entendió el porqué de la sonrisa- dormí tanto?-murmuro sorprendida.
-si… y prepara tus cosas, no olvides despertar a dongho-reitero margo marchándose dando por terminada la conversación.
Yei se froto los ojos con el dorso de la mano, acomodándose los mechones de cabello que cubrían su rostro, observo a dongho con el rabillo del ojo.
-dongho despiértate-susurro acercándose lentamente, zarandeándolo con suavidad. Él se removió en sueños, pero continuo dormido.
-dongho- volvió a repetir con más fuerza. No pasó nada, el siguió dormido e incluso parecía tener una pesadilla, movía su mano como si lanzara una pelota.
-que muchacho más raro-musito yei - dongho, por favor despierta ya!-pidió nuevamente, el tiempo transcurría rápidamente.
-dongho-exclamo, empujándolo con amabilidad, por unos minutos, cansada le imprimió más fuerza, sin conseguir los resultados deseados.
Al terminar la media hora las azafatas dieron la orden der abrocharse los cinturones, encendiendo la luz iridiscente recalcando su orden.
Yei, giro hacia dongho que aún tenía los ojos cerrados, percatándose que no traía el cinturón de seguridad, suspiro, y lo empujo un poco encontrando el cinturón con sus manos y colocándoselo mientras agachándose a la altura de sus piernas.
-que haces?-pregunto margo asombrada.
Yei sobresaltada, abrocho el cinturón levantando su cabeza con lentitud.
-abrochándole el cinturón de seguridad, que parece que hago?-pregunto con sarcasmo.
-si quieres que se despierte, dale suaves golpecitos en el estómago, a ver si funciona-sugirió margo, marchándose a su asiento.
-gracias…-murmuro yei irónicamente- por la ayuda?
El aterrizaje, se dio sin contratiempos, provocándole a yei una sensación incomoda de vacío. Las luces se prendieron nuevamente y la orden anteriormente dada, fuera retirada.
Yei giro levemente, su cuerpo encarando a dongho que por lo visto jamás se despertaría, empezó a picarle el estómago con el dedo índice, se removió inquieto, entrecerrando los ojos adormilado.
-ah! Eso me duele-murmuro el, molesto, empujando la mano de yei con torpeza.
-demoras media hora en despertarte, y todavía te molestas conmigo por haberte despertado?-pregunto yei enfada pero divertida a la vez, por la expresión enigmática que puso dongho.
-no me gusta que me despierten!-hablo, evitando la mirada de yei.
-no me gusta que las personas me griten, pero aun así estoy haciendo una excepción contigo-inquirió yei con ironía.
-no me gusta que las personas.....
-se ven tan infantiles y cute's!!!-exclamo margo emocionada, brincando alegremente, cortando las refutaciones de ambos.
-margo, no deberías interrumpir en las conversaciones-regaño Rocío, apareciendo detrás de ella, con su pequeña maleta de mano.
-Rocío?, míralos se ven tan tiernos y …podrían volver a pelear como antes?-pidió margo entusiasmada.
Yei rodo los ojos, hace ya bastante tiempo que no le decían que parecía infantil.
-quienes son ellas?-susurro dongho con curiosidad.
-oh, lo siento-murmuro inocentemente-margo, Rocío, pueden hablar en coreano, dongho no entiende absolutamente nada.
-lo sentimos-dijeron al unísono en coreano- deberíamos mostrar nuestros modales y permitir que yei nos presente a su acompañante, que tuvo el gusto de estar con ella por todo el viaje, ya de por si eso es una meta-hablo Rocío, con educación, sonriendo triunfantemente.
Yei, le lanzo una mirada de advertencia por su comentario, aunque ella la ignoro como si nada ocurriera. Se levanto, girándose y recogiendo la pequeña maleta negra del portaequipaje, antes de presentarlos, como era debido.
-Rocío, eso es una mentira, pero si quieres conocerlo te lo presentare-una sonrisa de suficiencia curvo sus labios-dongho, ella es mi amiga Rocío, espero que logres entenderla mejor de lo que yo lo hecho a lo largo de estos años-hizo el ademan con su mano de presentarlos-ella es margo, es hiperactiva, así que ten cuidado con ella-los presento con otro ademan de manos.
-es un gusto conocerlas a ambas, me llamo shin dong ho, viajar, es una experiencia agradable el conocerlas-dijo dongho haciendo una venía con la cabeza, presentándose y sonriendo en todo momento.
-y mas para nosotras que somos tus fans-agrego margo, sonriendo orgullosa.
-de verdad?, creí que no me habían reconocido-medito el, por un momento.
-te reconocería en donde sea-dijo margo, entusiasmada y feliz.
-gracias-musito el, contento, pero a la vez preocupado.
-si, son tus fans, no te preocupes no te harán nada, que no estés dispuesto a hacer-hablo yei, convencida de lo que decía, tranquilizando a dongho, que al parecer estaba preocupado.
-oh, no te preocupes por eso, no te haremos nada-afirmo margo, abrazando a Rocío, recalcando su promesa.
Dongho asintió divertido, incorporándose con lentitud, estirándose de igual forma.
-para todos fue incomodo dormir en un avión-dijo yei, acomodándose la cazadora con la mano libre.
Dongho solo asintió, pensativo, en ese momento su celular sonó, se disculpo para contestar en privado, alejándose de las chicas.
-y como fue viajar con dongho, por catorce horas?-pregunto margo curiosa, separándose de Rocío, volviendo a su posición inicial.
-fue….como explicarlo, durmió por todo el viaje, no hablamos de nada y simplemente fue alguien que me acompaño-explico yei, sobrecogiéndose de hombros, con una sonrisa torcida.
-esperas que te creamos?-pregunto incrédula margo.
-es tu decisión si no lo haces-contesto ella, con suficiencia, ignorando la mueca que puso margo.
-necesito su ayuda-dijo dongho, volviendo apresuradamente, con un semblante preocupado y mortificado.
-ayuda en que?-inquirió Rocío, seria, acomodando con sutileza su mano en el hombro de margo.
Dongho sonrió nervioso.
-hay fans esperando en el aeropuerto y… necesito que una de ustedes se haga pasar por mi, para que salgamos con tranquilidad y luego nos reunamos en el estacionamiento-lo soltó todo de golpe, dejando estupefactas a las chicas.
-que?!, estas bromeando?-pregunto margo, con incredulidad, enmarcando una ceja.
-no, por que lo haría?
-yo no lo hare-se libro Rocío, con una expresión de “¿estas loco o que te pasa?” retirando su brazo del hombro de margo, y alegándose ligeramente.
-yo menos-repuso yei, acomodándose un mechon de cabello que escapo de su pequeña boina.
-la menos indicada para decir eso, eres tu yei- inquirió margo, planeando algo en su mentecilla.
-yo, porque?-pregunto yei, ofendida, sobreactuando.
-eres la única de las tres, que tiene el cabello corto-expuso margo, señalando con el dedo índice, su cabello.
-se convirtió en delito llevar el cabello corto por estos días?-pregunto con sarcasmo, tratando de librarse de la situación, en que la habían metido a propósito.
-yei, lo harás o que?-pregunto Rocío, con seriedad.
Yei, iba a negarse, desviando la mirada de Rocío, a las pupilas de dongho que la observaban esperanzados, de que lo hiciera, con una sonrisa típica de él.
-de acuerdo, pero no lo hare en otra ocasión, lo advierto-amenazo yei, resignada.
-gracias, hay que cambiarte de ropa, ahora-dijo dongho con alegría.
-por qué no dijiste algo antes?-pregunto yei, quitándose la cazadora que margo le pedía con la mano y con la otra le entregaba una chompa ancha de lana ploma, que le llegaba como hasta los muslos.
-no habrías querido escuchar, lo que iba a decirte-contesto el irónicamente.
-y por qué no?,-volvió a preguntar, mientras se quitaba las zapatillas altas, y margo le pasaba unas zapatillas bajas de color negro y también otro boina recta del mismo color, en el que oculto la mayor parte de su cabello dejando pequeños mechones sueltos.
-no luces exactamente como yo me vestiría, pero servirá-anuncio dongho observándola detenidamente.
Yei, rodo los ojos.
-no han notado que soy como 20 centímetros más baja que tu-señaló a dongho-lo notaran.
-creí que eras mucho más pequeña-argumento dongho con inocencia.
Yei le lanzo una mirada furiosa, a lo que el simplemente la esquivo y fingió no haber dicho nada.
-yei, lo primero será bajar del avión y dongho tu trata de pasar desapercibido-explico Rocío con autoridad, encaminando lo marcha que parecía darse hacia un patíbulo, los demás la siguieron dudosos por el resultado, pero esperanzados de que diera un buen resultado.
El aeropuerto era un mar de personas de distintas nacionalidades e idiomas, algunos le parecían sumamente conocidos para yei, pero otros le eran totalmente ajenos, pocas eran los que reparan en su presencia y los miraba juzgonamente.
-Rocío y ahora?-pregunto margo nerviosa, jugando distraídamente con su celular.
Un tumulto de chicas que chillaban y gritaban el nombre de “ dongho” las desconcertó, estaban a diez metros de ellos y paseaban su mirada por cada rincón buscando como aves rapaces a su presa, que trataba de no hacer notar su presencia.
-yei, sube al segundo piso, dentro de cinco nos encontramos en el estacionamiento-ordeno Rocío-nosotros tres nos vamos, ahora vete yo hare el resto.
Yei asintió nerviosa,subiendo a trompicones las escaleras mecánicas, mirando a sus amigas que aún seguían paradas ahí, esperando algo. Se apoyó en una de las barandillas con expresión distraída.
-chicas, allá esta dongho-grito Rocío, atrayendo la atención de todas las muchachas que estaban paradas, rápidamente posaron sus rapaces ojos sobre la figura de yei.
-desde aquí sí parece ser dongho-musito Rocío, con asombro.
-sí, lo se…. Ahora vámonos -sugirió margo, perdiéndose entre la multitud, buscando la salida más cercana hacia el estacionamiento o en este caso aparcadero.
Las muchachas al escuchar que era dongho, avanzaron a trompicones por las escaleras, yei empezó a correr mezclándose entre las personas que caminaban despreocupadas, los chillidos y grititos de las chicas cada vez se le aproximaban mas, ella que corría como si el alma se le fuera en ello, busco con la mirada la palabra “exit” que brillo, con fuerza segundos después.
-dongho eres mío, no escaparas-chillo una chica muy cerca de su oído, alarmándola, empujo las puertas de la salida, corriendo a los carros estacionados, una camioneta negra delante de ella se detuvo y la figura de margo surgió, llamándola por su nombre, yei sin dudarlo se arrojó adentro, sintiendo como alguien de afuera tiraba con fuerza de su chompa haciéndole perder el equilibrio y por casi resbalándose y cayendo al pavimento, unas manos en su cintura la sujetaron con fuerza atrayéndola nuevamente dentro de la camioneta, la puerta se cerró a sus espaldas, mientras el auto arrancaba.
-yei, estas bien?-pregunto alarmada margo, tirando de la chompa haciendo que yei se fuera a caer para atrás, golpeándose con la puerta.
-margo, podrías ser más cuidadosa-espeto yei, jadeante. Sobándose la cabeza, con una mano, no esperaba recibir ese trato y menso de su amiga.
-lo siento, pero estas bien?-reitero, la pregunta con inocencia. Acomodándose en uno de los asientos de la camioneta que hasta ese momento yei, no había reparado en que estaba en penumbras.
-si te refieres a una pieza, si estoy bien-contesto con sarcasmo y una sonrisa torcida, buscando una mejor posición en el frio metal.
-me alegro de que todo haya salido como lo planeado, pero seria oportuno que te presentaras correctamente frente a los dueños de la camioneta-pidió Rocío, sentada en la parte delantera de la camioneta.
-qué?-pregunto yei con sorna, esculcando con la vista, cada resquicio de la camioneta, y efectivamente dos chicos la observaban con curiosidad.
-hola, soy yei, lamento no haberme presentado correctamente-se apresuró a decir, con una venia
-soy kiseop, gracias por ayudar a dongho-se presentó un muchacho pelirrojo, con una sonrisa. Sus facciones finas le hacían parecer un niño lindo y bonito, sus ojos oscuros reflejaban amistad y un poco de ingenuidad, estaba sentado al lado de margo, y a ella parecía no incomodarle en lo absoluto.
-mi nombre es AJ, también te agradezco por la ayuda hacia dongho, fuiste muy amable-se presentó un muchacho de cabellera de un color extraño. Su rostro de una amabilidad y dedicación genuinos, también poseía dureza para enfrentar las adversidades, el estaba sentado Junto a Rocío.
-fue un placer ayudar a una persona que lo necesitara-explico yei, estirando sus piernas, chocando con alguien a su lado, que tenia pensado estirarse de la misma manera. Yei, se percato que ra dongho y cayo en la cuenta de que él había sido el que la ayudo a evitar a estar tirada en esos momentos en la pista.
-gracias por no dejarme caer-agradeció yei, quitándose la boina y dejándola en el suelo.
-de nada y gracias por fingir ser yo y también por aplastarme-murmuro dongho con sarcasmo, yei tan solo rodo los ojos, al menos le agradecía por algo. Dongho rio por lo bajo sentándose sobre sus piernas cruzándolas.
Yei sonrió sin darse cuenta por lo contagiosa que resultaba su risa.
-pensé que no sonreías-murmuro dongho con alegría
-no lo hago muy a menudo-afirmo yei, encarando a dongho, la camioneta avanzaba a un ritmo lento y calmado, las luces de la cuidad no penetraban por los vidrios polarizados, haciendo que el rostro de dongho recibía muy poca luz, lo que lo hacía más atractivo?-pensó yei.
- en que hotel se quedaran?-pregunto dongho, llamando su atención.
-en el lotte hotel seoul-contesto yei mecánicamente, sus padres siempre reservaban habitaciones en ese hotel, cuando no podían llegar a casa.
-está en el centro de la cuidad, llegaremos pronto-afirmo kiseop, con una sonrisa, reanudando la conversación con margo que por lo visto era muy entretenida ya que ambos reían ahora muy animadamente, aunque margo sonreí tímidamente.
-no era necesario que nos trajeran-murmuro yei, tan solo para que dongjo pudiera escucharla.
-no había opción, las chicas te perseguían y una cosa conlleva a la otra-musito el, distraídamente.
Yei asintió, un poco confusa, pero pensativa, la camioneta se detuvo sorpresivamente, logrando que yei se meciera suavemente.
-es su hotel, me hubiera gustado que habláramos mas, pero el tiempo es muy corto-se despidió kiseop, con un tono de tristeza, hablando específicamente para margo.
-espero que en otra oportunidad nos volvamos a encontrar-se despidió esta vez AJ, que de igual forma fue solo dicho para Rocío.
-es una lástima-afirmo margo desanimada.
-me hubiera gustado quedarme mas tiempo-murmuro Rocío triste. Recibiendo un asentimiento de parte de AJ, aseverando la opinión de Rocío.
-si seguro que sí, pero ya estamos en el hotel y debemos bajarnos, porque estoy muy cansada, me alegro haberlos conocido……y chicas nos vamos?-pregunto aniñadamente yei.
Sus amigas le lanzaron miradas que cualquiera hubiera tomado como una declaración de muerte, pero que ella, hizo caso omiso abriendo la puerta de la camioneta se deslizo por el suelo como pudo aterrizando con un pequeño saltito al pavimento.
-que no piensan bajarse?-pregunto molesta, dándose la vuelta, mientras esperaba a que sus amigas lo hicieran.
Las dos la miraron con cara de pocos amigos, obedeciendo y bajando con una gracia que creería imposible en cualquier humano.
-espero volver a verlos pronto, y fue un gusto conocerlos-se despidió yei educadamente, haciendo una venia con la cabeza.
-para nosotros también-se apresuró a decir kiseop.
Yei asintió, empezando a caminar rumbo al hotel que no se hallaba a mas de pocos metros de ella, no espero a sus amigas que al parecer no querían despedirse por lo menos dentro de uno o dos años, con ese pensamiento, entro al lujoso hotel, dirigiéndose a la recepción; una señorita de no mas de 23 años la atendió con una sonrisa en el rostro, sus rasgos asiáticos y europeos la volvían una beldad, pero como si madre una vez le dijo:” las personas que son hermosas y no tienen dinero, reducen sus expectativas frente al mundo, las que tienen dinero y no son hermosas, deben a ser lo mismo, pero las que son hermosas y tienen dinero, son las que triunfaran en todo lo que se propongan” esas palabras rondaban su mente cada vez que se preguntaba del por qué no la habían dado en adopción cuando se enteraron de que tendrían a una niña.
-buenas noches, esta en el “lotte hotel seoul”, en que puedo ayudarla-hablo la recepcionista, atrayendo la atención de yei, que por breves segundos se desconecto de la realidad.
-buenas noches-hablo yei educadamente-tengo una reservación.
-a nombre de quien?-pregunto la recepcionista , observando atenta a yei, que se apoyaba con despreocupación en el mostrador que le llegaba como a los hombros, era deprimente ser tan bajita.
-mi madre la hizo, así que debe de estar a su nombre-contesto yei dando el nombre completo de su madre.
La recepcionista asintió y tecleo el nombre dado- tres suites presidenciales por un mes y todo esta pagado por adelantado-leyó lo que decía en la computadora sin despegar la vista de la pantalla.
Yei asintió conforme.
-espero que tenga una muy bonita estadía en nuestro hotel, señorita yei-hablo al recepcionista con amabilidad, entregándole tarjetas de plástico de distintos colores.
-mis amigas vendrán dentro de poco, puede llamarme la cuarto para autorizar su acceso y les pueda entregar las tarjetas-pidió yei, guardando la suya de un color negro con ribetes rojos, en su bolsillo.
-por supuesto, es la habitación 1548 piso 15-explico la recepcionista.
-gracias-musito yei, encaminándose al elevador que estaba a sus espaldas, al entrar presiono el piso indicado y espero a que las puertas se cerraran para deslizarse hasta el suelo y apoyar su cabeza en el frio metal, recubierto y adornado de tela dorada, hundió su mentón en sus rodillas abrazándose a si misma, le aterraba los espacios cerrados y era casi un martirio permanecer por mas de 1 minuto, lo que duro el recorrido hasta el piso 15, al momento en que las puertas se abrieron, yei salió de ese infernal sitio, respirando el aire del pasillo iluminado, con lentitud, al parecer habían tan solo tres habitaciones en todo el piso, las que correspondían a sus amigas por lo visto, busco el suyo con la mirada hallándolo como la ultima habitación, saco la tarjeta de su bolsillo y la deslizo por la ranura de la puerta, esta se abrió inmediatamente, revelando una habitación que en todas las visitas hechas hacia aquel hotel, no en la misma habitación, pero todas tenían bastante parecido entre si, cerro la puerta con cuidado apreciando cada detalle de la estancia colores que iban desde el marfil, hasta el café oscuro. Paso por las distintas zonas de la que seria su alcoba por un mes, empujo la puerta que debería ser la de su cuarto contemplando la hermosa cama King que tenia delante de ella, sin dudarlo se lanzo encima, como lo haría una niña pequeña, nadie la observaba así que podía hacer lo que quisiera, y comportarse como mejor le parecía, respiro esa fragancia almidonada de fresas y vainilla, no queriendo moverse de donde se encontraba por lo menos después de haber descansado, lo suficiente como para reponer sus energías.
El sonido del teléfono inundo el lugar, provocando a yei una exclamación ahogada, se levanto con pesadez, dando la vuelta toda la cama, descolgando el teléfono y contestando inmediatamente.
-señorita lamento molestarla pero preguntaron por usted-hablo la voz de la recepcionista que minutos antes la había atendido.
-sus nombres son?-pregunto yei, con molestia, ahora si que sus amigas se habían ganado su enojo.
-roció y margo.
-entrégueles la tarjeta de su respectiva habitación-contesto yei colgando la llamada inmediatamente, si quería dormir lo primero que tendría que hacer seria darse una
ducha, viajar en un avión y andar por ahí, como si no pasara nada, estaba mal, o al menos eso creía ella.
Se encamino al baño, abriendo la puerta y quitándose la extraña vestimenta que llevaba puesta y dejándola amontonada en una cesta.
El agua fría chocando contra su piel, la reanimo a medias, el viaje había resultado mas agotador de lo que ella en realidad creía, su ducha se prolongo hasta convertirse en una baño de media hora, se envolvió con una bata blanca que encontró en uno de los armarios del ostentoso baño.
Camino hasta el tocador y empezó a peinar con delicadeza su cabello mojado, si era cierto que lo tenia muy corto en una época lo tuvo largo y rizado, pero por cosas del destino si se podría decir así, lo perdió quedándose con su corte actual.
El teléfono sonó nuevamente incomodándola, haciendo que se levantara con pesadez y contestara del mismo modo, sujetando con fuerza mientras lo descolgaba.
-señorita yei, su madre llamo y nos informo que la señora kan, pasara a visitarla a su habitación, espérela y recíbala, que tiene cosas muy importantes que hablar con usted-informo la recepcionista con un tono de sumidad.
-gracias, le dijo dentro de cuanto tiempo?.
-estará dentro de cinco minutos en su habitación.
-gracias-dijo yei con amabilidad colgando el teléfono.
Se aliso el cabello, con una mano, mientras la otra apretaba con fuerza la cintilla de la bata, que colgaba rozando unos de sus pies. La señora kan, madre de Jeremy vendría a verla, esa mujer siempre la había odiado, no entendía el porqué de su capricho de hacerla casar con su hijo, aunque el dinero corrompe a cualquiera y mas aun a una persona avariciosa. suaves golpes en la puerta inundaron el ambiente, atrayendo la atención de yei, que rápidamente se encamino a abrir la puerta de un tirón.
-yei, es un gusto poder volverte a ver después de tanto tiempo, de tu huida-pronuncio una mujer, esperando con una mueca en el rostro a que yei, la dejara pasar, estaba acompañada de dos hombres, cada uno de un lado.
-quisiera decir lo mismo-musito yei, con una sonrisa acogedora, haciéndose a un lado, dejándoles, la extensión de toda la puerta para que pudieran pasar, sin dudarlo así lo hicieron, acomodándose en los mullidos sillones con la misma velocidad.
Yei suspiro cansada, empujando la puerta cerrándola e imitando a sus invitados sentándose delante de ellos, con las manos en su regazo, esperando a que la señora kan empezara a hablar.
-creo que no es necesario que me presente, él es mi abogado y él es simplemente mi seguridad-hablo la señora kan, señalando a cada uno respectivamente, con un ademan de la mano.
Yei, hizo una venia educadamente. Que fue correspondida por los invitados
-sospecharas a que hemos venido, queremos reanudar el compromiso y necesitamos tu aprobación-empezó con una sonrisa torcida, tratando de infundirle miedo a yei, que la observaba impávida.
-mi decisión sique siendo la misma, no acepto el compromiso-concluyo yei, con una sonrisa torcida.
-mira niña engreída y mimada!!!, tus padres deberían de hacer esto sin consultarte siquiera cual es tu opinión-estallo al otra, levantándose, con la mirada ofuscada-te casaras con Jeremy quieras o no-sentencio, señalándola con el dedo índice, como si de una bruja se tratara.
-le pediré amablemente, señora kan, que se retire de mis aposentos, o me veré forzada a hacerlo por vías que no le parecerán agradables-amenazo yei, manteniendo la compostura, y una sonrisa tranquila.
-te atreves a amenazarme?-pregunto incrédula la señora kan.
-usted se atreve a retarme?-pregunto esta vez yei, con la voz firme.
-Jeremy, tenia razón debería de haber dejado marcas por todo tu cuerpo para que aprendas a ser educada-exclamo la señora kan, enfurecida. Aunque yei no quisiera admitirlo le había dado en su punto débil,
-a usted le hace mas falta que a mi-agrego yei, con majadería.
-como te atreves insolente-chillo la otra acercándose peligrosamente a yei, con la mano en alto.
-tóqueme…, y vera de lo que realmente soy capaz de hacerle, señora kan-amenazo yei, con fatiga en la voz. Y una mirada que al contrario de demostrar temor o miedo, soplo reflejaba cansancio y molestia.
-vámonos-exclamo decidida la señora kan, abriendo la puerta de un tirón y marchándose de la habitación, seguida por su abogado y guardaespaldas, que parecía estar pintados en todo momento ahí.
-me encargare de hacerte sufrir cuando estés casada con Jeremy-anuncio la señora kan, enojada y dispuesta a hacer añicos a yei.
-y yo lo hare por su ofensa-musito yei, con malicia, cerrándole la puerta en la cara.
Camino hasta su cama, arrojándose y ocultando las lagrimas que guardo para estar a solas, por que su madre insistía con ese matrimonio, se incorporo de un salto decidida a que nadie jamás la obligaría a casarse por un motivo económico, ella se casaría por amor. Seria una promesa que mantendría consigo misma.
Descolgó el teléfono y marco el número de la recepción, rápidamente la voz de la recepcionista la atendió.
-por favor, las personas que acaba de dejar pasar a mi habitación, quiero que le restrinjan el acceso - pidió con amabilidad.
-sucedió algo?-pregunto preocupada la recepcionista.
-no me siento cómoda con su presencia-explico yei.
-entiendo, hare lo posible para que no vuelvan a ingresar-informo la recepcionista.
-gracias-musito yei, colgando y empezando a quitarse la ropa, sustituyéndola por una pijama blanca que encontró en la mesita de noche, lo mas probable es que mañana en la mañana diera inicio el concurso del cual era participante y dormir no resultaba una idea muy mala después de lo acontecido.
Acurrucada en el medio de la gran cama, pudo conciliar el sueño rápidamente.
.................................................
perdon, si este capi, estuvo un poco largo, pero no habia forma de recortarlo...